¿Qué es el recurso preventivo?
El recurso preventivo es una o varias personas designadas por la empresa, con la formación y medios necesarios, cuya misión es vigilar el cumplimiento de las medidas de prevención en el lugar de trabajo
En otras palabras, actúa como un vigilante de la seguridad dentro de la empresa, asegurándose de que se apliquen correctamente las acciones destinadas a prevenir accidentes. Es importante destacar que se trata de una medida preventiva complementaria, y no sustituye a las protecciones o medidas de seguridad obligatorias que ya deben existir
Su papel se integra en la gestión de la prevención de riesgos laborales para reforzar la seguridad de las operaciones diarias.
Responsabilidades y obligaciones según la normativa
La normativa vigente establece obligaciones tanto para la empresa como para el recurso preventivo en sí. Por un lado, la empresa tiene la obligación legal de designar uno o varios recursos preventivos en determinadas situaciones de riesgo
Según el artículo 32 bis de la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales (introducido por la reforma de la Ley 54/2003) y el artículo 22 bis del Real Decreto 39/1997 (Reglamento de los Servicios de Prevención), se exige la presencia de un recurso preventivo cuando, por ejemplo, varias actividades o trabajos coinciden y pueden agravar los riesgos, cuando se realizan trabajos especialmente peligrosos, o si así lo requiere una inspección de trabajo
Por otro lado, las responsabilidades del recurso preventivo incluyen supervisar y controlar que se cumplan las medidas de seguridad establecidas. Este profesional vigila el cumplimiento de la planificación preventiva relacionada con los riesgos que motivan su presencia
Esto implica comprobar que las protecciones y procedimientos acordados son efectivos y adecuados, y detectar si surge algún riesgo no previsto. En caso de observar incumplimientos o deficiencias en materia de seguridad, el recurso preventivo debe indicar las correcciones necesarias de forma inmediata y, si no se subsanan, comunicar la situación al empresario
De esta manera, asegura un control continuo de las condiciones de trabajo para prevenir accidentes.
Ejemplos prácticos en construcción, industria y servicios
La figura del recurso preventivo se aplica en diversos sectores, especialmente en aquellos con mayores riesgos laborales. Algunos ejemplos prácticos de su actuación son:
- Construcción: En las obras de construcción es obligatorio contar con recursos preventivos para garantizar la seguridad. Por ello, suelen estar presentes cuando se realizan trabajos en altura (riesgo de caídas), excavaciones con riesgo de derrumbe o uso de maquinaria pesada. Por ejemplo, al construir un edificio, un recurso preventivo vigila que los operarios utilicen arneses, cascos y sigan los procedimientos seguros al trabajar en andamios o zanjas profundas. También controla que se cumpla el plan de seguridad y salud de la obra.
- Industria: En entornos industriales, el recurso preventivo interviene durante operaciones especialmente peligrosas. Un caso típico es en tareas de mantenimiento de maquinaria o de líneas de producción: si hay que reparar una máquina grande, el recurso preventivo verifica que esté desconectada correctamente (bloqueo de energía) y que los técnicos usen sus equipos de protección. Igualmente, en trabajos con sustancias químicas peligrosas o en espacios confinados (como la limpieza de un tanque), este profesional supervisa que se sigan todos los protocolos de seguridad. Su presencia aporta un nivel extra de control en fábricas y plantas industriales.
- Sector servicios: Aunque pueda parecer que en oficinas o comercios hay menos riesgos, en el sector servicios también se designan recursos preventivos cuando la situación lo requiere. Por ejemplo, durante el mantenimiento de un centro comercial o un edificio de oficinas, puede haber varias empresas trabajando a la vez (electricistas, técnicos de climatización, personal de limpieza de altura, etc.), lo que genera riesgos concurrentes. En estos casos, un recurso preventivo coordina y vigila que cada trabajo se haga con seguridad, evitando que una actividad ponga en peligro a otra. Otro ejemplo sería en eventos o espectáculos montados por diferentes equipos: el recurso preventivo se asegura de que el montaje de escenarios, cableado eléctrico y demás tareas se realicen cumpliendo la normativa de seguridad para proteger tanto a los trabajadores como al público.
Requisitos legales y formación necesaria del recurso preventivo
Para desempeñar el rol de recurso preventivo, la legislación exige ciertos requisitos de capacitación. La persona designada debe contar con conocimientos y experiencia en las actividades que va a vigilar, así como con formación en prevención de riesgos laborales, como mínimo de nivel básico
Esto significa que el recurso preventivo ha recibido una formación fundamental en materia de seguridad y salud laboral. Por lo general, se recomienda haber realizado un curso básico de prevención (entre 30 y 50 horas, según el tipo de actividad de la empresa), e incluso 60 horas si es en el sector construcción, donde la normativa es más exigente
Además de la formación teórica básica, es importante que tenga formación práctica específica relacionada con los riesgos propios de su sector o puesto de trabajo
Por ejemplo, si va a supervisar trabajos eléctricos, deberá estar capacitado en riesgos eléctricos; si se trata de obras, conocerá las medidas preventivas en andamiajes, excavaciones, etc. En muchos casos, el recurso preventivo puede ser un trabajador de la propia plantilla que cumple con estos requisitos (conocimientos, cualificación, experiencia y formación) o un técnico de prevención ajeno contratado para esta función
En cualquier caso, la empresa debe nombrarlo por escrito e informar al resto de trabajadores de quién ejerce esta labor, asegurándose de que dispone de la autoridad y medios necesarios para cumplir sus funciones.
Importancia en la reducción de accidentes laborales
Contar con un recurso preventivo tiene un impacto muy positivo en la seguridad de los trabajadores y en el cumplimiento de la ley. Su presencia activa en los centros de trabajo contribuye a reducir la siniestralidad laboral, es decir, a prevenir accidentes y lesiones antes de que ocurran
Al estar vigilando constantemente las condiciones de trabajo, puede detectar situaciones peligrosas o malas prácticas a tiempo y corregirlas en el acto. Esto no solo protege la salud de los empleados, sino que también fomenta una cultura de prevención en la empresa, haciendo que todos estén más conscientes de la importancia de seguir las normas de seguridad
Otro aspecto clave es el cumplimiento normativo. El recurso preventivo ayuda a la empresa a asegurar el cumplimiento efectivo de todas las obligaciones en prevención de riesgos
Gracias a su labor, se refuerza el control sobre cómo se aplican las medidas de seguridad, lo que ayuda a evitar sanciones por incumplimiento de la normativa y, sobre todo, garantiza que las medidas de protección previstas realmente se llevan a la práctica. En resumen, la figura del recurso preventivo nació con el objetivo de mejorar la vigilancia de la seguridad en las situaciones de mayor riesgo, salvaguardando la vida y la salud de los trabajadores y convirtiendo una obligación legal en una herramienta útil para combatir la accidentabilidad laboral
Por tanto, el recurso preventivo es un aliado indispensable para crear entornos de trabajo seguros. Su función clara y sencilla –vigilar que se cumplan las medidas de prevención– se traduce en menos accidentes, una mejor protección de los empleados y una empresa que cumple con sus deberes en prevención de riesgos. Esto lo convierte en una figura de gran valor para cualquier organización comprometida con la seguridad laboral.
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